17 de diciembre de 2008

carta

Querido y estimado Víctor: Hola, siento mucho no haberme comunicado antes, la verdad me entere ayer de lo que hiciste y dudo mucho en ir a visitarte o llamarte, conociéndote puedo adivinar tus ganas para conversar sobre el tema, peor para escuchar a los demás, o preguntarte ¿Y que tal?, ¿Cómo estas?, de seguro ya tienes una colección de interrogantes y sermones en tu familia, no quiero incomodarte y en realidad tal vez ni siquiera me consideres un amigo, yo la verdad también lo siento así, nunca lo fuimos y en eso, siempre tuviste razón. Pero seré puntual y te pido colabores con mi conciencia permitiéndome decirte cinco pequeñas cosas: No quise entender que solo unas palabras hubiesen cambiado esta situación, alguna vez me dijiste que el verdadero afecto tiende a llevar faltas de ortografía, jamás las cometí y tampoco pensé hacerlo. Tu sentimentalismo es insoportable, me hizo abusar muchas veces de ti, pero no eres nada compañero, así que pisotearte es mi mecanismo de defensa y ofensa contra mi propia decidía. Nunca admire tu capacidad para decir las cosas y menos cuando escribes esos discursos demagógicos que tratan de justificar el porque de algunos de tus actos, como el de ahora. No te equivocaste, todo es mentira amiguito, auque el hecho de pensar así, delate mi posición, me sirve hoy para encubrirme y no reir frente al espejo. Eres un cobarde, creí en tu actitud, no en tus palabras, eras convincente, apasionado y no quiero deprimirte pero hace mucho ya estabas muerto. Estas son mis ultimas palabras para contigo, no hablo con muertos, me dan miedo. Me gustaría pedir perdón, pero esto querías, doy por hecho tu satisfacción, y de las miles de maneras de suicidarse que hay, elegiste la mejor, reconozco tu talento para ello, felicitaciones y gracias por invitarme, pero debes intuir que no iré visitarte. Deseo entonces que tu descanso sea verdaderamente eterno, me despido,hasta nunca infeliz. Víctor.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Ingresa su comentario aqui: