10 de octubre de 2008

Ausencia

Hoy no sudara esta frente, ni cualquier otra parte de este cuerpo. No utilizare como excusa al agobiado stress, tampoco el corazón para justificar la ausencia de independencia, la austeridad de esta tímida esencia. Violentar algunos ítems de un matrimonio con el bienestar inflacionario, me causa a decir lo menos devaluada indiferencia. No se posterga llorar, tampoco cobrar por el hábito adquirido. Los que aceptamos, alguna vez, pagamos en plazos la deuda; la perversa cuenta, el divino contrato, el castigo de Adán, el pasivo de un cuento en el Edén. Injustificada crucifixión, sea maldecida cualquier tipo de energía, los números y siglas no exponen mas que el ánimo perdido, ese vértigo de andar arrepentido. Desde el mismo penal o burdel no puede alegrar a nadie ser permanentemente subastado, juzgado, ultrajado o lo peor, ¡felicitado!…, aplaudido por recibir con orgullo y gala la desdicha de vivir empleado.

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